Gonzalo Moure y Caramelo

Han sido ya varias las visitas que Gonzalo Moure ha realizado a nuestro centro y todas nos han dejado un dulce sabor de boca.
Este año han tenido el encuentro con él los alumnos y alumnas de 4º, 5º y 6º de Primaria.


Una vez más hemos leído su libro más querido, "Palabras de Caramelo".


Como este año se festeja además el Año de los Camélidos, decidimos preparar un taller en el que hicimos camellos y dromedarios en equipo con la técnica del collage.






El objetivo final era preparar una caravana que indicara a Gonzalo Moure el camino hacia el lugar del encuentro.

Ese camino venía cargado de palabras y esas palabras se las ofrecimos a Gonzalo Moure como regalo: colina, jaima, Naisma, lágrimas, Caramelo, camello, Kori, desierto, sol...

Cuando Gonzalo llegó a nuestro colegio le dimos

la bienvenida con lenguaje de signos para sordos; él nos saludó del mismo modo y luego siguió la ruta que marcaban las palabras regaladas.


Después le puso nombre a algunos de nuestros camellos: novia de la luna, soñador...




Cuando  entró en la clase donde se haría el encuentro descubrió a nuestro  pequeño Caramelo (realizado por una de nuestras madres más artista) y Gonzalo empezó a sentirse como en casa, o al menos eso pretendíamos.

Estaban ya preparados para cantarle uno de los poemas que aparecen en Palabras de Caramelo:
Hay en las nubes camellos blancos
que pastan hierba de algodón
y beben en los pozos del cielo...

Hay en el sol camellos dorados,
que beben agua
y pastan hierba de fuego.

Posteriormente le recitaron poemas escritos en clase:


  Y volvemos a las palabras regaladas, porque le pedimos que nos dijera qué le evocaban algunas de ellas para poder transportarnos  de algún modo a aquellos campamentos saharauis que describe con tanta amor y ternura en su libro.






 Cayetana Medina le ofreció después una gran galleta, hecha por ella misma, con forma de "Caramelo" y que degustamos entre todos encantados.

Para finalizar el encuentro hubo un buen montón de preguntas al autor del libro, al escritor, a la persona, a sus gustos, a sus sueños y deseos... y Gonzalo nos habló con el corazón en la mano, nos miró a los ojos y nos conmovió.