Comenzamos un nuevo curso!!.
Y dado que 2014 es el año internacional de la agricultura familiar,
nada mejor que iniciarlo "sembrando"
EL SEMBRADOR DE ESTRELLAS
Si acaso lo mirabas durante el día,
a un hombre como tantos se parecía…,
perdido en lo azaroso de sus afanes
de llevar a su casa peces y panes…
Pero al llegar la noche todo cambiaba…
¡y en sembrador de estrellas se transformaba…!,
y en sus manos de pronto se volvía un arte,
ir encendiendo luces por todas partes...
Y cada vez que un astro él repartía…
¡un alma aquí en la Tierra resplandecía!,
y esa luz le acercaba, a cada uno,
el saber adecuado…, el oportuno…
…y el sufriente veía que el sufrimiento
¡es tan sólo un peldaño del crecimiento!..,
…y el que todo miraba con pesimismo
¡empezaba a creer más en si mismo!
…y el que vivía aferrado por no perderse,
comprendía lo bueno de desprenderse…,
y el que se había olvidado de sonreír...
¡descubría el secreto de fluir…!
Y a todos los instaba, -con sus estrellas-,
¡a que se perdonaran en sus querellas!,
y a vivir el ahora, …que únicamente,
se halla en el corazón…y no en la mente…
Y eran esas verdades como faroles,
que alumbraban, acaso, más que mil soles…,
dejando en cada uno, igual recado:
¡que todos somos dignos de ser amados!
(¡Cuánto…cuánto te admiro, buen sembrador…,
que cada noche siembras con tanto amor…,
y que haces que la gente, -al otro día-,
se mire dulcemente…y se sonría…!
¡Cómo quisiera, amigo, seguir tus rastros…!,
…allí…donde titilan siempre los astros…,
y como tú, llenarme de cosas bellas…,
¡…y pasar por la vida sembrando estrellas…!)
Jorge Oyhanarte
No pares de sembrar estrellas, aunque a simple vista no se vean.
Si acaso lo mirabas durante el día,
a un hombre como tantos se parecía…,
perdido en lo azaroso de sus afanes
de llevar a su casa peces y panes…
Pero al llegar la noche todo cambiaba…
¡y en sembrador de estrellas se transformaba…!,
y en sus manos de pronto se volvía un arte,
ir encendiendo luces por todas partes...
Y cada vez que un astro él repartía…
¡un alma aquí en la Tierra resplandecía!,
y esa luz le acercaba, a cada uno,
el saber adecuado…, el oportuno…
…y el sufriente veía que el sufrimiento
¡es tan sólo un peldaño del crecimiento!..,
…y el que todo miraba con pesimismo
¡empezaba a creer más en si mismo!
…y el que vivía aferrado por no perderse,
comprendía lo bueno de desprenderse…,
y el que se había olvidado de sonreír...
¡descubría el secreto de fluir…!
Y a todos los instaba, -con sus estrellas-,
¡a que se perdonaran en sus querellas!,
y a vivir el ahora, …que únicamente,
se halla en el corazón…y no en la mente…
Y eran esas verdades como faroles,
que alumbraban, acaso, más que mil soles…,
dejando en cada uno, igual recado:
¡que todos somos dignos de ser amados!
(¡Cuánto…cuánto te admiro, buen sembrador…,
que cada noche siembras con tanto amor…,
y que haces que la gente, -al otro día-,
se mire dulcemente…y se sonría…!
¡Cómo quisiera, amigo, seguir tus rastros…!,
…allí…donde titilan siempre los astros…,
y como tú, llenarme de cosas bellas…,
¡…y pasar por la vida sembrando estrellas…!)
Jorge Oyhanarte
No pares de sembrar estrellas, aunque a simple vista no se vean.
Existe una estatua de Pablo Neruda denominada precisamente así: "El sembrador de estrellas". Está situada en Kaunas, Lituania.
Esta escultura durante el día puede parecer una escultura más, incluso puede pasar desapercibida..
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