La mascota de la biblioteca, Leidora, cobró una nueva dimensión y salió a respirar un poco.
Gusti, con su destreza habitual, la ayudó y la rodeó de flores de jara y, por supuesto, ¡de libros!
Ahora Leidora se siente un poquito más libre y más feliz, junto a todos los niños y niñas que pasan a visitarla
¡Gracias, Gusti! tu trabajo ha sido excepcional.
Ahora profesores y padres voluntarios se ponen manos a la obra, pues el fondo quedó por pintar.
Nos sentimos realmente felices con el resultado final.
El trabajo de Gusti debemos completarlo ahora los profesores y padres voluntarios.
ResponderEliminar¡Pintaremos entre todos el fondo! Así será más nuestro.
Woooooooooow
ResponderEliminarQué bonitoooooo!!!!!